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Aldo Pellegrini

 

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Panorama de la pintura argentina contemporánea

Introducción - Evolución de la pintura moderna en la Argentina -

El impresionismo en la Argentina - El grupo de París - Artistas independientes

Neorrománticos -

 

El grupo de París

Después de los intentos impresionistas, que constituyen en realidad el primer fenómeno de ruptura con la pintura de raíz académica que se realizaba en el país, las verdaderas manifestaciones de una vanguardia, en relación con la que se estaba desarrollando en Europa desde comienzos del siglo, se inician con la llegada al país de un núcleo de artistas argentinos que volvían de perfeccionar sus estudios plásticos o de haber trabajado en el viejo continente. Así llegan primero Gómez Cornet, después Pettoruti y Xul Solar, portadores, los dos primeros, de las experiencia cubistas, el último de pequeñas telas, cercanas a la imaginería de Klee, pero que en realidad expresaban un mundo muy personal, impregnado de esoterismo, y reveladores de la fantasía más libre. Las exposiciones de Pettoruti y Xul Solar provocaron las consiguientes reacciones violentas de una crítica y un medio no preparados para un cambio tan radical de sus hábitos estéticos.

Por fortuna estos innovadores encontraron el apoyo firme de un grupo de escritores, que con similar espíritu de renovación pretendían sacudir el estancamiento de las letras argentinas. Esos escritores se agrupaban en torno a la revista "Martín Fierro". En ella apareció un manifiesto redactado por Oliverio Girondo, uno de cuyos párrafos vale la pena mencionar por lo definitorio: «Martín Fierro siente la necesidad imprescindible de definirse y llamar a cuantos sean capaces de percibir que nos hallamos en presencia de una nueva sensibilidad y de una nueva comprensión, que al ponernos de acuerdo con nosotros mismos, nos descubre panoramas insospechados y nuevas formas y medios de expresión».

Aunque fue bastante nutrido el conjunto de artistas y escritores que respondieron a ese llamado, fueron muy pocos los que persistieron en el propósito de renovación; menos que pocos, puede decirse que entre los escritores sólo fue Girondo el que indagó permanentemente en los secretos de un lenguaje que buscó renovar hasta poco antes de su muerte. En la pintura le tocó a Xul Solar ser el único de esa generación que exploró zonas más arriesgadas, y no cedió nunca en la búsqueda de nuevas expresiones. Los demás, después de breves intentos -prueba más de un desconformismo juvenil que de verdadera vocación de exploradores- se retiraron a sus territorios más seguros, refugiándose en un discreto epigonismo, con muy mesurados ribetes de modernidad.

Los siguientes pintores formaron parte de la primera vanguardia:

Xul Solar (Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari) Nació en 1887 en San Fernando y murió en 1863. Autodidacto. Viajó desde muy joven por toda Europa, interesándose contemporáneamente por la pintura y el estudio de la filosofía ocultista y la astrología. En 1920 expuso por primera vez en Milán (Italia). Desde 1924, fecha de su retorno a la Argentina expuso en diversas muestras individuales y colectivas.

Xul Solar es, sin duda, el representante más original y auténtico de la primera vanguardia argentina. Constituye, además, el ejemplo del artista total, para el que la pintura no es más que un lenguaje para expresar al hombre en toda su dimensión y profundidad. Además de la pintura, se intereó hondamente por la lingüística, creando un lenguaje general para América (el neocriollo) con la que tituló muchos de sus cuadros, y un idioma universal de base duodecimal que denominó panlengua. Se le deben diversos inventos, entre los que se destacamos: un piano que simplifica enormemente la técnica, un complicadísimo juego basado en el ajedrez, al que llamó panjuego y que constituye en sí, una obra de arte.

Su pintura, siempre de pequeño formato y generalmente a la acuarela o témpera, se caracteriza desde los comienzos por una extraordinaria fantasía, organizada siempre en un plan plástico de maravillosa coherencia. Las formas son abstractizadas o simplificadas en función de esa coherencia y de una movilidad rítmica que siempre buscó en el cuadro. Por otra parte la pintura está plagada de significados que se revelan en signos, símbolos, emblemas que distribuye en el cuadro, usados como formas significantes y plásticas a la vez.

Estos pequeños cuadros nos ofrecen un increíble cúmulo de dones: desde el encantamiento visual, el desarrollo de una fantasía impresionante y una honda espiritualidad, hasta la más pura pòesía en imágenes, unidas al humor más sutuil. Como ya he dicho, en otro trabajo, el de Xul Solar es el arte de un visionario, arte que no puede medirse con los patrones que se usan comúnmente para los otros artistas.

Emilio Pettoruti: Nació en La Plata en 1892. Se instala en Milán en el año 1913 donde conoce el movimiento futurista, que, sin embargo, lo influiría menos que el cubismo. Realizó exposiciones en Italia y en Alemania, pero residiría casi permanentemente en Milán, salvo una breve estada final en París -antes de volver a nuestro país- donde comoció a Juan gris. En 1924 retornó a la Argentina. Fue director del Museo de Artes de la ciudad de La Plata desde 1930 hasta 1947. En 1953 se estableció en París definitivamente.

Su primera exposición con cuadros cubistas la realizó en Buenos Aires apenas retornado de Europa, en octubre de 1924, en la galería Witcomb. Esa exposición produjo el inevitable escándalo entre un público y una crítica no preparados para esas manifestaciones, pero en cambio recibió el decidido apoyo del juvenil y dinámico grupo de escritores que colaboraban en la revista "Martín Fierro". Exactamente al año siguiente (octubre de 1925) Pettoruti parece dar un paso atrás con una exposición que realiza en la "Asociación Amigos del Arte". Expone allí paisajes de Italia, de sentido y aspecto bastante distintos a los cuadros cubistas expuestos en 1924: con una vaga reminiscencia cezanneana, son paisajes correctos y fríos, en los tonos suaves, de armonizaciones bajas y contenidas, sustituyen a los colores violentos y francos de la exposición del año anterior. Desde entonces expone siempre dentro de la línea cubista.

Pettoruti ha adaptado al cubismo a una intención fundamentalmente decorativa; partiendo del cubismo sintético, especialmente de Juan Gris, soslayó las problemáticas fundamentales de reconstrucción del volumen mediante la dislocación de los planos, sin atreverse a las audaces oposiciones de formas fragmentadas de Picasso, ni recurrir a variaciones de textura y efectos de superficie. Su pintura resulta así pulida, precisa, conserva la coherencia formal de las figuras, con lo que elimina la metáfora plástica tan cara a los cubistas, pero en cambio logra un arte que no eboca ni perturba, exhibiendo elementos de aparente modernidad. Basta comparar su cuadro "El improvisador" (Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires) con el tema similar de Picasso "Los tres músicos", para comprender la diferencia que existe entre lo bonito y lo grandioso, entre lo decorativo y el arte. Pettoruti realiza un academicismo cubista de buena factura pero escasa calidad creadora. Sus obras recientes de tendencia abstracta pura, sólo constiotuyen ejercicios formales postcubistas que nada aportan a la plástica moderna.

La importancia de Pettoruti es sin duda grande en el medio local por haber sido el introductor de los propósitos cubistas, pero también, sin duda alguna, se ha sobrevalorado su calidad de pintor.

Juan del Prete: Nació en Italia en 1897 en la localidad de Vasto (Chietti). Se radicó en Argentina en 1909, obteniendo la ciudadanía en 1929. Realizó su primera muestra personal en 1926 en la Asociación Amigos del Arte. En 1929 llega a París donde permanece hasta 1933 y expone allí obras totalmente abstractas, en 1932, con el grupo Abstracción-Création. Recibe el premio "Palanza" en 1958, a su regreso de París, realiza en la Asociación Amigos del Arte la primera muestra no figurativa presentada en Argentina (pinturas collages). Retornó después a una pintura figurativa de tendencia fauve, con gran empaste y violencia de color, que constituye sin duda, su mejor período. Hacia 1945 realiza un exposición figurativa con elementos mezclados del futurismo y del cubismo, que él denomina "futucubismo". Después de 1946, incitado sin duda por las muestras abstractas del grupo de la revista "Arturo", realiza composiciones geométricas rigurosas dentro de la línea del arte concreto. En 1950-52 retorna a la figuración. En 1953 viaja a Europa, dominada entones por el estallido del "informalismo",  y de vuelta a la Argentina expone obras de carácter "tachista· en la galería Krayd. Recientemente ha vuelto a la figuración.

Del Prete es el único antecedente en el pasís de una no figuración estricta. Pero dotado de un temperamento inquieto, de una verdadera ansiedad de cambio, ha participado en todas las tendencias que rápidamente se han sucedido en los últimos años, aunque debe reconocerse que entre todos esos cambios conserva los fundamentales elementos de su personalidad: un notable sentido del color, que emplea en sus más amplias resonancias, y una singular destreza para manejar la materia pictórica.

Horacio Butler: nació en Buenos Aires en 1897. Residió en París desde 1922 hasta 2933, donde estudió con Othon Friesz y con André Lhote. Pintor, realizó también escenografías y tapices.

Sus cuadros sobre temas de la vida de familia, naturalezas muertas, etc., presentan una realidad ligeramente reformada para adaptarla a una estructura ornamental con reminiscencias cubistas. El color, aplicado libremente, rehuyendo toda estridencia, hábilmente modulado sobre un tono general dominante de calidad fría, confiere al cuadro una expresividad serena en la que toda intención emocional o perturbadora queda eliminada. Sobre bases eclécticas y una modernidad mesurada su eficacia plástica es indudable y su factura impecable.

Héctor Basaldúa: nació en Pergamino, provincia de Buenos Aires, en 1895. Pintor, escenógrafo e ilustrador. Fue escenógrafo del Teatro Colón desde 1932 a 1950. Siguió cursos en la Academia Nacional de Bellas Artes y luego en París, donde residió varios años (de 1923 a 1930), en la Academia Colarossi. Recibió el premio "Palanza" en 1949 y otros premios diversos.

No busca como Butler el acento en las cualidades ornamentales del cuadro, sino que se propone unir el efecto de masa de las figuras y las cosas con una acentuación de su carácter anecdótico y pintoresco. Así simplifica las formas y las adapta a esa doble situación, en busca de una posición intermedia entre lo pictórico y lo pintoresco mediante una especie de fusión de un arcaísmo a lo Campigli y un expresionismo atenuado.

Aquiles Badi: nació en 1894 en Buenos Aires. Estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes. Entre 1920 y 1926 reside en Milán, de donde parte para la Argentina y se queda hasta 1939, en que retorna a Italia, la que sólo abandonó en esporádicos viajes a Buenos Aires. Frecuentó en París el taller de André Lhote como la mayoría de los artistas de su generación.

Su pintura, de la que hay vestigios de la técnica constructiva de Lhote, revela también elementos cezanianos, con un clima expresivo que la acerca a la pintura metafísica de los italianos. Sus formas, que tienden a una simplificación geométrica muy nesurada, se unen con la misma mesura a un color sordo, velado, contenido.


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© Helios Buira

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