Mi Sitio - Presentación - Axiomas - Pinturas - Textos - Entrevistas

◄Volver a Inicio


DIVULGACIÓN CULTURAL

Cuentos - Filosofía - Música - Otros Textos - Museos y Galerías - Enlaces al arte

 
OTROS TEXTOS
Se irán agregando autores de manera permanente
 

Aldo Pellegrini

 

El poder de la palabra - La soledad del artista -

Se llama poesía a todo aquello que cierra la puerta a los imbéciles

Panorama de la pintura argentina contemporánea

Introducción - Evolución de la pintura moderna en la Argentina -

El impresionismo en la Argentina - El grupo de París - Artistas independientes

Neorrománticos -

 
Panorama de la pintura argentina contemporánea

Introducción

¿Qué puede dejar de positivo una crónica histórica en torno al tiempo presente? Si alguna consecuencia positiva deja, ha de ser ante todo una apasionada definición de sentido. No tiene ni siquiera validez histórica una obra que se convierta en un mero catálogo de nombres o en una concesión a la vacía vanidad de los que se consideran artistas. Por eso no tiene sentido que figuren en este tipo de libros, los pintores ahístóricos, y entiendo con esta designación los artistas que no aportan nada, y por eso están fuera del tiempo. Es indudable que al estar fuera del tiempo no pueden ser incluidos em una obra que utiliza para nombrarse una connotación temporal: "pintura argentina contemporánea", y esta afirmación no significa ningún juicio de valor sobre esos pintores.

De todos modos el autor ha querido se lo más objetivo posible, incluyendo artistas que tienen -equivocada o no- una aceptación del público y la crítica; lo que no quiere decir que sea obligatorio no sugerir una estimación de valores, especialmente en aquellos casos en que ya tenemos la perspectiva del tiempo.

El plan seguido en este libro no es el estrictamente generacional, sino el de las tendencias, y aun en el único caso en el que se habla de una generación, "generación intermedia" (designación propuesta en esta obra), se trata de una generación que en sí constituye una tendencia, pues establece un paso, y al mismo tiempo un vínculo entre la figuración y la abstracción.

Tiende actualmente a desarrollarse una especie de orgullo nacional sobre la importancia de nuestra plástica, y debe reconocerse que las razones no faltan. Nuestros artistas se destacan en el exterior, y cada vez con mayor frecuencia reciben reconpensas en los certámenes internacionales. Indudablemente, estamos al minuto con lo que pasa en el mundo, y contamos con artistas realmente originales (no demasiados), y no tan sólo meros epígonos como era la regla del pasado. Pero todavía no hemos completado el ciclo; todavía no exportamos principios rectores, como países pequeños de Europa lo han hecho (por ejemplo Holanda con el grupo Estilo y con el grupo Reflex-Cobra). Nuestro arte tiene hoy las bases ideales: muchos artistas de valor y un importante público, y hasta críticos que se equivocan con la suficiente frecuencia como para equipararnos a los países más cultos. Pero tenemos un curioso apresuramiento y en eso está el peligro, porque no se logra la seguridad, y entonces el desaliento es rápido.

La internacionalidad del arte

En la situación actual del arte en el mundo no se puede hablar de la pintura en un lugar determinado sin conocer lo que acaece en la pintura universal. Y eso vale tanto para nuestro país como para Francia, Italia, Japón o los Estado Unidos. En la actualidad no hay movimiento renovador que quede reducido a los límites de un sólo país: la eclosión internacional sigue casi inmediatamente a su aparición en cualquier parte del globo. Existe hoy una verdadera internacionalización de la cultura: la extraordinaria rapidez y facilidad de las comunicaciones, los gigantescos medíos de difusión de las ideas y de las realizaciones son la causa evidente de este estado. Y si las barreras aduaneras o ideológicas tienden a aislar a las naciones, la cultura ha demostrado una fluidez tal que toda barrera resulta absolutamente inoperante.

Esta internacionalización del arte no excluye la existencia de características nacionales y, por supuesto, en cada medio, de artistas con particularidades individuales. Pero es evidente que las grandes líneas del arte, están trazadas de modo similar en todos los países del mundo.

Establecido esto, un panorama de las tendencias actuales en la Argentina no puede prescindir del arte universal en toda su amplitud, de un bosquejo de la situación del arte en el mundo en los últimos años, y es lo que haremos en primer término, para analizar después las características locales y las diferencias individuales de los artistas en la Argentina.

La abstracción de tendencia geométrica, que con el nombre de arte concreto o constructivista aparece dominante después de la Segunda Guerra Mundial, es lentamente avasallada por un movimiento pictórico totalmente opuesto, que con distintas designaciones aparee casi contemporáneamente en Europa y los Estados Unidos y llega a dominar el panorama de la pintura desde 1950 a 1956. Se lo llamó en París, "abstracción lírica", pero sus sinónimos y variantes son numerosos. En los Estados Unidos recibió los nombres de "expresionismo abstracto" primero, "action painting" (pintura de acción) después. En Francia surgieron las designaciones sucesivas de "informalismo" y "tachismo" (galicismo este impuesto en todas partes del mundo y que equivale a manchismo). Aunque ninguna de estas designaciones abarque en cada caso la totalidad de los artistas que pretende comprender, puede considerárselas como sinónimas. De todas ellas se ha difundido especialmente la afortunada palabra "informalismo", creada por el crítico francés Michel Tapié. Este movimiento se opuso totalmente a la abstracción de tipo geométrico, y más ampliamente a toda abstracción formal. A la racionalidad del tipo geométrico, opone la irracionalidad total del impulso interior. En ella, la impulsión cinética no controlada, gestual, la espontaneidad, la improvisación, constituyen las características dominantes. De allí surge la velocidad de realización (recordemos a Lathieu se vanagloriaba de pintar gigantescas telas en pocos minutos). Esta tendencia es heredera indudable del automatismo surrealista, que preconizaba, justamente un tipo de escritura artística espontánea con eliminación total del control de la razón, pero también es deudora del subjetivismo expresionista y de su tendencia a la improvisación.

El "informalismo", que hacia 1956 llega a su apogeo, comienza entonces a provocar resistencia y reacciones entre los artistas. Esta reacción se manifiesta en dos corrientes fundamentales: por un lado el resurgimiento de las tendencias concretas o constructivistas, que continúan silenciosamente su evolución, llegando a realizaciones nuevas de gran interés. Por otro, la aparición de un nuevo movimiento más desaforado y revolucionario: el pop art.

Es en los Estados Unidos, período de auge máximo del informalismo, cuando se conoce la obra de un artista, Rauschenberg, quien, usando ciertos elementos del informalismo, los incorpora a un nuevo tipo de arte, que rompe totalmente con la unidad frontasl del cuadro. Incluye en la tela objetos reales en una dimensión y por mecanismos inconcebibles para la vieja técnica del collage, y presenta objetos comunes o ensamblaje de objetos embadurnados o no con pintura. En 1955, justamente, expuso una verdadera cama con todos sus implementos, embadurnada de pintura y puede decirse que en ese momento nace el arte de utilizar la imagen popular que constituye el centro de la actividad del arte pop. A los pocos meses de este gesto revolucionario, otro artista norteamericano, Jasper Johns, partiendo de un profundo estudio de la obra de Duchamp, realiza cuadros sorprendentes en los que reproduce al infinito los objetos más comunes y menos aparentemente pictóricos; banderas norteamericanas, blancos de tiro, o números tipográficos.

Estos nuevos artistas rompen así con el prejuicio del sentido trascendental de la tela, concebida como vacío pictórico que debe llenarse con una ilusión de cualquier clase. Para Rauschembreg, este último tipo de pintura ilusionista, por más moderna que parezca, se aparta de la vida. Este artista expresó desde los comienzos que su aporte significaba fundamentalmente cerrar la brecha que siempre ha estado abierta entre el arte y la vida.

Al propiciar Rauschembreg cerrar la brecha entre el arte y la vida, los artistas pop que le suceden se inspiran en la vida cotidiana, y especialmente en aquello que tiene de dominante y vulgar: eligen como tema los productos de gran consumo, la coca o la pepsi, las sopas envasadas, los emparedados o hamburguesas, y las imágenes más simples más simples y comunes que aparecen en los carteles publicitarios y en las tiras cómicas. Todas ellas forman un conjunto que podría designarse con el nombre de imágenes populares, y constituyen el fundamento de la cultura de masas, hacia la cual por primera vez vuelve los ojos al artista plástico.

Este movimiento, designado en sus comienzos como New Dada, es más conocido hoy con la designación de pop art.

Debe considerarse vinculado a la actividad de los artistas pop un tipo de espectáculo que adquirió rápida difusión en los medios artísticos de vanguardia. Se trata de los llamados happenings (acontecimientos), y su principal propulsor es Allan Kaprow. Este artista sintió la necesidad de expresar lo efímero del arte (idea muy divulgada entre los nuevos artistas). Según Kaprow toda obra de arte sería sólo la expresión de un momento dado, y ese es el momento que debe recogerse en toda su intensidad. Cualquier pretensión de eternidad en el arte no tiene sentido.

La reacción contra el informalismo no sólo está representada por el arte pop. Se observa al mismo tiempo el crecimiento de las tendencias derivadas de la abstracción geométrica, o mejor dicho las que a partir de los artistas concretos, demostraron la posibilidad de explorar nuevos caminos. Uno de esos caminos lo recorren los artistas que sobre la base de algunas proposiciones del arte concreto de la primera hora, como las de Moholy Nagy, en especial, se orientan hacia el empleo de la luz y el movimiento. Esta tendencia recibe el nombre de arte cinético y en tal modalidad se destaca el grupo de Recherche d'art visuel de París, capitaneado por el argentino Le Parc. Otro camino se inició en los Estados Unidos y significó la vuelta a una abstracción más rigurosa, más severa y menos librada a la espontaneidad. A esta orientación obedecen los artistas cuya tendencia ha sido designada con el rótulo de hard edge (borde neto) para diferenciarla de la mancha desflecada del informalismo. Pero el nombre de nueva abstracción es el que prevalece por su carácter más general para designar tanto el hard edge como otras manifestaciones de igual sentido. Los artistas de la "nueva abstracción" utilizan formas muy simples, en general geométricas, pero solamente como soportes pasivos del color. Eliminan del cuadro todo tipo de composición o de diseño, toda actividad de las formas entre sí. El cuadro está constituido por simples círculos concéntricos, o franjas adosadas, o un elemento único en el campo, o múltiples elementos iguales y distribuidos uniformemente, de modo que toda actividad basada en la diferenciación de formas se anule. Las telas constituyen un "campo contemplatorio", es decir, un lugar que incita a una larga contemplación desinteresada, que no compromete ni ideas, ni emociones comunes.

Otros artistas buscan provocar situaciones vinculadas a los fenómenos de ilusión óptica: se produce así una movilidad no real, sino ilusoria que abarca desde el fenómeno del muaré hasta las perspectivas ambiguas.

Todos estos aspectos de la pintura que se dirigen exclusivamente al proceso de la percepción han sido reunidos últimamente en los Estados Unidos con el rótulo de op art.

Desde hace algún tiempo tiende a difundirse con el nombre de "nueva figuración" un movimiento que preconiza el retorno a la figura pero incorporando los recientes aportes de las artes plásticas; así vemos sumarse a esta nueva figuración los aportes del pop art, del informalismo y aún de la pintura geométrica, en una nueva síntesis que no signifique un puro y simple retorno al pasado, sino una afirmación de territorios ya ganados para el arte.

Lo que puede asegurarse es que las últimas tendencias han roto con la noción tradicional del cuadro considerado como ventana abierta hacia un escenario imaginario, sea figurativo o abstracto. Hoy, el collage, las pinturas combinadas con objetos, la pintura espacial (vale decir sobre una base tridimensional), el cuadro con forma (shaped canvas), la proyección luminosa sobre la pantalla, no dejan lugar a dudas sobre esa ruptura. Prueba de ellos es que el premio de la Bienal de Venecia concedido a Le Parc, fue el Gran Premio de Pintura.


Subir

© Helios Buira

Barrio de San Nicolás - Ciudad Autónoma de Buenos Aires 2017

Mi correo: buzon@heliosbuira.com

Este Sitio se aloja en REDCOMEL Un Servidor Argentino