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LA NOVELA
Como un diario de memorias

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LA NOVELA

Sólo queríamos ser lo que éramos.

Militantes de la vida

39

Desperté con la sensación de haber escuchado un ruido, sin saber si era algo real o parte de algún sueño, pero el ruido existió; era Sandra abriendo la puerta. Me levanté de la cama, me vestí y atiné a cerrar la puerta del dormitorio, cosa que Sandra se dio cuenta y dijo:

-Todo bien, disculpame, llegué muy temprano, imaginé que estarías durmiendo.

No respondí, salí del dormitorio en silencio, fui al baño, menesteres, higiene; en la cocina Sandra preparaba el mate, la pava ya estaba en el fuego. Me senté, aun con la noche encima.

-Podrías seguir durmiendo -dijo-, vine temprano porque no podía dormir y cuando me pasa eso me pongo ansiosa, entonces decidí venir al taller para trabajar.

-Ya está -respondí- me desperté y sabiendo que estás acá tampoco podría dormir. Me quedé leyendo hasta tarde, pero algunas horas he dormido. Entonces haremos un día de trabajo.

-En la mochila -dijo- tengo algunos libros que traje para la biblioteca; quedan varios todavía, los iré trayendo. Mi ex pareja se está poniendo molesto, empieza a insinuarme que necesita el espacio de lo que era mi taller no porque el lo necesite, no tiene nada que ver con el mundo del arte, sino solamente por joder. Aquella vez que vos y yo nos conocimos en el bar, Rafael había dicho que es un tipo jodido. Como recién te conocía, no quise seguir la conversación, pero sí, es un tipo jodido. Disculpá que hable de esto, pero anoche discutimos por teléfono y no quedé bien. Una vez que consiga sacar todo, listo, a otra cosa, persiana cerrada.

-Bueno -dije- si querés, cuando lo decidas, alquilamos un flete y te acompaño a retirar lo que queda.

-Gracias -dijo- prefiero que no, es una persona retorcida y vos no tenés nada que ver en esto, que es entre él y yo.

-Comprendo -dije- lo que mal entienden las personas complicadas.
-No entiendo -dijo- y se quedó mirándome.

-Claro, si es un tipo jodido, esa clase de personas se inventan historias para sentirse bien en ser víctimas. Me usaría para increparte algunas cuestiones, como que vos y yo tenemos “algo” afectivamente, como una manera de seguir perturbándote. Digo, se me ocurre, las rupturas de pareja suelen ser un chicle molesto, que se pegotea durante un tiempo, que puede ser largo o no, ni que decir si una de las partes es, como decís, jodida.

Me di cuenta que le molestaba la conversación, aunque ella era quien la había iniciado “Bueno -dije- tomemos los mates y luego, a la tarea”.

Sonrió, puso una de sus manos sobre la mía y murmuró un “gracias”. Terminamos la mateada, se levantó y fue para su espacio de trabajo, pero yo me senté ante la PC, pues por la noche había pensado bastante sobre el tema de la militancia, el libro de Hernández Arregui, había estimulado esos pensamientos. Abrí el archivo de anotaciones y escribí FLORESTA, que era mi barrio de la infancia, de la juventud, donde se había iniciado todo y al decir todo, también me estaba refiriendo al tiempo actual, pues desde allá vengo, desde aquellos años maravillosos plenos de asombros, de sorpresas, mientras iba creciendo. En ese barrio comenzó el arte y también la militancia.


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© Helios Buira

Barrio de San Nicolás - Ciudad Autónoma de Buenos Aires 2019

Mi correo: buzon@heliosbuira.com

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