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LA NOVELA | ||
Como un diario de memorias | ||
LA NOVELA Sólo queríamos ser lo que éramos. Militantes de la vida 34 Me alcanzó la pava, encendí la hornalla, puse la pava sobre ella y le cambié la yerba al mate, mientras, Sandra me miraba esperando que continuara hablando sobre mi ingreso a la escuela, pero yo estaba compenetrado con el asunto del mate; cuando se calentó el agua, me senté, le pasé la pava y el mate para que ella cebara, pues le agradaba hacerlo, algo que ya se había instalado en la relación, en el estar. Encendí un sahumerio, cosa que le agradó y me alcanzó el mate que sorbí mientras la observaba y me daba cuenta de su belleza, su cabello recogido, pero no ordenado, sino más bien con cierta soltura, su cabello negro, bien negro, que hacía que su rostro se destacara, como en contraste. -¿Estás? -dijo. Salí de ese breve trance “Si, estoy acá, ¿no me estás viendo? -lo dije quizás con algún gesto que a ella le llamó la atención. “Pasa -continué diciendo- que a veces, cuando tengo el mate en la mano, en cada sorbo cavilo, pero son segundos”. -Y en que pensabas en esos segundos -dijo. Sonreí, ella se había dado cuenta y era de tonto no aceptarlo. “No pensaba, te miraba, o sí, pensaba en que me agradaría algún día, alguna vez que sea posible, hacerte un retrato. Es bella tu cabeza, da para hacer mucho, tus ojos, tu nariz, el cabello como lo tenés ahora, podría componer un buen retrato. -Bien, -dijo- me agradaría, pero que sea una cabeza en cemento. -¿Estás aceptando? -dije- pensé que ibas a decir que no. -¿Por qué pensaste eso? -dijo- Si los dos estamos acá, compartiendo el espacio, el mate, con hermosas charlas y sabiéndonos, como siempre decís, cada vez más. Además me agradaría verte modelar mi retrato y verme aparecer en la arcilla, ver cómo soy en otra manera de expresión. Alguna vez intenté un autorretrato, pero no me fue posible; quizás, acá pueda comenzar algo. Pero eso será si tiene que ser. -Puede que así sea -dije-, pero también que la cosa se de cuando tenga que ser, cuando estemos en la misma frecuencia energética para que vos poses y yo trabaje en tu cabeza. -En mi cabeza no -dijo sonriendo-, sino en el retrato de mi cabeza. -Si -respondí- no sea cosa que me meta en tu cabeza y que lío se armaría… -No -dijo- mejor en el retrato. Bueno, pero al final, nada me contás de tu ingreso a la escuela, nos fuimos por las ramas. -Cierto -dije- pero mejor trabajemos un rato y en próximo parate sí te cuento de aquella maravilla. Quedó mirándome, seguramente pensando en algo o no pude interpretar esa mirada, pero que me decía algo. |
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© Helios Buira
Barrio de San Nicolás - Ciudad Autónoma de Buenos Aires 2019
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