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POESÍA
Los poetas
 
MATÍAS FITTIPALDI
 

Selección de Pájaros como palabras, Ediciones Axolotl (2014):
 

Casa

 

¿cómo se hace una casa?

¿se juntan nudos palos chapas?

¿se pide un crédito a largo plazo?

¿se clava una bandera en el medio del campo?

¿se entra por una ventana abierta

en la oscuridad de la noche?

¿se recibe como el apellido?

¿se la pedimos al pasado?
 

¿o cavamos un agujero en la tumba del día?
 

Patio

 

día tras día despierto

en el fondo de una casa
 

en un patio sin fin
 

allí acampo

junto a una ciénaga

 

intento pescar
 

no el pez del silencio

no el pez del hastío
 

Pájaros como palabras

 

en el abismo

de tu boca
 

al final del renglón
 

matabas pájaros

como palabras
 

Rap de mi sien

 

siento un rap

anheloso machacante

pregunta por vos

por la ciencia

de tu andar

por el espejo

de tu voz

que esconde ciruelas

por las sábanas

que nos abrigaron

del tenue frío del después

por la brevedad

en que naces

por disimular las veces

que creía en mi sien

A Inés
 

Quemarropa

 

qué hacemos acá

arrinconados

en este lío de treparnos

mutuamente

de que te afile el cuerpo

con mis manos

y susurres

de que me busques

la puntería

sabiendo que a quemarropa

te temo

 

Selección de Salario del poeta, Editorial Libros de La Talita Dorada (2023):

 

Comprobaciones

 

Entre las interrogaciones de la noche

elijo hospedar

el ritmo de los recuerdos
 

los amores imposibles

con sus migajas

y eterno resplandor
 

la celebración del deseo

su rara curva

en el desfiladero

del sueño
 

las especias

que esconde el goce.
 

Todas criaturas

exiliadas de la vigilia

y sus crueles comprobaciones.
 

Salario del poeta

 

¿Cuál es el justo salario?

¿Se discute en paritarias libres

a través de un sindicato?

¿Se fija en los vaivenes

de la oferta y la demanda?

¿Se intercambia por otros bienes

como fuerza de trabajo?

¿Se pacta entre colegas

un ingreso mínimo?
 

¿Qué moneda de enigmas

forjada por el viento

nos paga la poesía?
 

Temporada de caza

 

Tus ojos que deciden la presa

tus piernas que inician la carrera

tus pechos que atropellan

tus manos que desgarran

tu boca que devora.
 

A nuestra temporada de caza

me entrego mansamente.
 

Comer palabras

 

Para saciar el hambre

hubo noches

que abrimos la puerta.
 

Con el viento

se arremolinaron

en intensa búsqueda

encuentros

tactos

resuellos de cuerpos.
 

En esas noches

sólo supimos

dar de comer palabras

al abismo del ayer.
 

Sudestada

 

En la trabajosa conquista del pasado

hay territorios ganados al río

que de pronto ceden a nuestros pies.
 

Fragmentos de naufragios e inundaciones

historias que vivieron en nosotros

cobran inesperada vigencia
 

a través de un valle repentino

rompiendo los diques

en magnífica sudestada.
 

Negra

 

Conmueve tu claridad

 

las raíces desde

las que cantan tus pájaros

 

el aplomo visceral de tus

esperanzas
 

lo oscuro en lo que se pierden

tus pesares

 

lo vasto en lo que

desparramás tus sueños
 

el celo abrigador de tu cariño

la aspereza de tus convicciones
 

la música de tu alma.
 

Pedazos de cielo

 

En nuestra oscuridad

de propietarios de certezas

el otro nos convida

momentos compartidos.
 

La luz de la playa

escribe en la arena

en danzas de olas–

risas de pibes.

 

La presencia del otro

nos viste

de palabras.
 

Zona del sueño

Aves de condición nocturna                            

vuelan sobre la frente del que sueña,                            

sin entender lo que nos dicen.                            

Horacio Preler                            


 

El sueño vive

en una zona de melancólico fulgor
 

de pasadizos secretos y lluvias tiernas

de sombras que se agitan

cuando queremos alcanzarlas.
 

Ahí nace el viento

que no sabe de espejos.
 

Ahí somos huérfanos

del tibio resplandor de un nombre

ávidas criaturas

sin Dios.
 

Cuando callo

 

Cuando callo trago

un puente del arroyo de infancia

las veces que sangré por amor

la insoportable eficacia de la muerte.
 

Cuando callo trago

los destinos que no quiero transitar

las artes ocultas del miedo y la desazón

el pequeño apocalipsis del llanto.

 

Cuando callo y descanso

en la planicie cómplice

del silencio.
 

De pibe saqué una foto

 

Y creí encontrar la respiración del tiempo,

la centésima agitada de la luz.
 

Desde mucho antes

glaciaciones

cataclismos geológicos

primaveras

órbitas lunares

y solsticios

repiten su danza

sin superficie fotosensible

que registre una imagen.
 

Aún así, seguiré creyendo

que algunas fotos

contienen universos.

 

*****
 

Matías Fittipaldi

msfitti@yahoo.com.ar

@matiasfitti


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