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POESÍA
Los poetas
 
MARIELA LAUDECINA
 

Fragmento del poema “El bosque de las mujeres amadas”

Colección Agalma.

Editorial Buena Vista.

 

Mujeres, única fauna

Hombres, aquellos que no ven

su pene

hasta ese punto del amor

han llegado

Ellas pierden la forma

veloces de nacimiento

Ceden

al tornado de la estación más dura

la primavera

 

Con el poder intacto

la risa

ahoga

lo que no dicen

En la fiesta

en el dolor

cedí ante un hombre dormido

ante el hogar ineludible

Así es él

nada comprende

e invita a una casa

y la puerta sos vos

el enemigo

la luz sos vos

Promete un náufrago y llega

pero se va

La neblina de los sentidos

cabalga sobre nuestro lomo

 

Se evapora la embriaguez

y se abandona el bosque

Respiramos largo

con la sensación injusta

de haber trabajado

y no haber sabido para quien

Lo confunden con el jardín de las Delicias

nada más alejado

Nos adentramos en la espesura

sin preguntar

eso sí

capaces de la erupción

dolorosa de lo que nace

 

Aquí solo hay

deseo de repetir

de ahí

los hijos

Aquí

nadie piensa

reventar

se revienta

de hijos

la falla común

Madres

hay en todos lados

El bosque duda

igual

no deja de procurarlos

El semen

podría ser

caudal de fetos minúsculos

polvo dorado

brillo celeste

pero no

El molde decide

color de la pureza

o debilidad

hasta se nombran iguales

leche de mamá

leche de papá

 

Vuelvan a ponerse los ojos

La vida está fuera

El doble salió del cuerpo

y hablamos varias lenguas

meamos el suelo

Nuestra canción es poderosa y eterna

Sabemos lo que hay que saber

Vuelvan a ponerse los oídos

no importan otros asuntos

aunque dé risa

diabla risa

un hallazgo tan inverosímil

 

Hay que huir

Incendiar el bosque

 

El vino

calmaría la sed                   

el cuerpo sería más dios

el hombre menos hombre

el sufrimiento salvación

vino

dios e idea

 

Hermanas mías

el intercambio es siniestro

aquí no se come

El cuerpo

calza en un puño

tesoro para el buscador

célula del padre

No hay dirección

¡Somos amadas!

Afuera

la libertad irrisoria

nos vuelve sensatas

 

La escuela

del bosque alucinatorio

experimenta la palabra que conduce

a los amores

a los asesinatos

Odiamos de igual forma

Se nos ha dado el poder y no la gloria

El demonio de lo múltiple

Vida que sale de las entrañas de la muerte

Fragor cósmico

y tenemos prohibido el salto

por eso

bailamos en la cornisa

¡Ey! Bravía

dónde quedó tu poderío

Somos cántaro

la fuente, delirio

Las visiones no se rompen

se actualizan

hijas por siempre

nos ponemos en duda

El otro

reverbera como si

fuera lo único

lo precioso

y somos culpables

de tener más agua en el cuerpo


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© Helios Buira

San Cristóbal - Ciudad Autónoma de Buenos Aires 2017

Mi correo: yo@heliosbuira.com

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