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DIVULGACIÓN CULTURAL | |
MÚSICA | |
RICHARD WAGNER | |
A 210 años de su nacimiento | |
Un 13 de mayo pero 210 años atrás nacía en Leipzig Richard Wagner, autor de obras que revolucionaron el mundo de la ópera y tuvieron un profundo impacto en la música clásica occidental. El célebre compositor y director de orquesta alemán, quien también fue un importante teórico de la ópera, mostró un talento musical excepcional desde una edad temprana, aunque su carrera no solo estuvo marcada por la brillantez artística sino también por varios problemas financieros y distintas controversias personales. A los 16 años descubrió el arte al que dedicaría toda su vida tras asistir a una representación de la ópera Fidelio. Sus primeras composiciones estuvieron influidas por las obras de Beethoven y por el romanticismo alemán. Sin embargo, su verdadero avance se produjo con su concepto de “obra de arte total” (Gesamtkunstwerk), con la que pretendía unir todas las formas artísticas, incluida la música, el teatro, la poesía y los elementos visuales, en una única forma de arte que lo abarcara todo. Esta idea daría forma al enfoque de Wagner sobre la ópera y se convertiría en un elemento central de sus obras posteriores. Otro de sus aportes significativos al género operístico fue el desarrollo del leitmotiv, un motivo musical asociado a un personaje, objeto o idea concretos. Esta innovadora técnica le permitió tejer complejas narrativas y profundidades psicológicas en sus composiciones, lo que potenció el impacto dramático de sus óperas. Sus obras más famosas, entre las que se cuentan Tristán e Isolda, Los maestros cantores de Nüremberg y sobre todo el monumental ciclo de cuatro óperas El anillo del Nibelungo, se han servido de ese recurso. A lo largo de su vida, Wagner se enfrentó a numerosos retos, tanto artísticos como personales. Sus opiniones francas lo han involucrado en diferentes controversias, como ocurrió con su apoyo a los movimientos revolucionarios de 1848 y 1849, que le valió la persecución política y su exilio a Zurich. Las dificultades económicas también lo llevaron a cambiar de residencia con frecuencia y a atravesar períodos de intenso endeudamiento. Su ascenso gradual hacia la fama y el dinero comenzaron con la asunción de Luis II al trono bávaro en 1864, quien lo apoyó financieramente. Es conocida la polémica en torno al antisemitismo de Wagner, originada a partir de su ensayo El judaísmo en la música clásica, en el que atacaba a colegas como Mendelssohn y Meyerbeer y sostenía que los músicos judíos no eran capaces de una creatividad genuina. Posteriormente, el nazismo ha utilizado algunas de sus obras para realzar y enaltecer el espíritu heroico y nacionalista alemán de inicios del siglo XX. La Sociedad Richard Wagner, compuesta principalmente por seguidores nazis del compositor, y el teatro de Bayreuth creado por el maestro teutón para montar sus óperas, fueron unos de los centros de actividades culturales de los nazis. A pesar de estas controversias, la visión artística de Wagner y sus innovadoras composiciones tuvieron un impacto profundo y duradero en el mundo de la ópera y la música clásica. Sus obras se siguen interpretando y celebrando hoy en día, y su música es reconocida por su intensidad emocional, su complejidad armónica y su grandeza. Tristán e Isolda, quizás su más lograda ópera, representa el inicio de la música moderna. Con su composición Wagner exploró los límites del sistema tonal tradicional señalando el camino hacia la atonalidad en el siglo XX. La influencia de Wagner se extendió mucho más allá de su vida, inspirando a compositores como Gustav Mahler, Richard Strauss, Alban Berg e innumerables otros que trataron de ampliar los límites de la música y el teatro. Su vida y su obra siguen siendo objeto de fascinación y debate, y su inmenso legado artístico eclipsa las controversias en torno a sus creencias y acciones personales. Se le considera uno de los compositores más influyentes de la historia de la música occidental, y sus aportaciones al mundo de la ópera siguen dando forma al género hasta nuestros días. |
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© Helios Buira
San Cristóbal - Ciudad Autónoma de Buenos Aires 2017
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