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DIVULGACIÓN CULTURAL | |
MÚSICA | |
MÚSICA DE CÁMARA |
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Tomado del Diccionario Oxford de la Música (Tomo II Pag. 859 a 863) | |
Definición. Antes de la iniciación de los conciertos públicos (a fines del siglo XVII) las ejecuciones musicales se dividían en tres grupos, según se efectuaran en la iglesia, en el teatro o en los salones de la realeza y de la aristocracia. Estas útimas, tanto vocales como instrumentales, constituían la «música de cámara» y «cantata de cámara» Pertenece al Dr. Burney una definición de la música de cámara que data de comienzos del siglo XIX, es decir, cuando hacía ya mucho tiempo que los conciertos eran una realidad.Figura en la Cyclopaedia de Rees (Circa 1805) y dice lo siguiente: «Música de cámara: composiciones para una pequeña sala, pocos músicos y un reducido auditorio, a diferencia de la música de iglesia, de teatro o de sala pública de conciertos» En el prefacio de su Historia, Burney habla de la música de cámara y dice que consiste en «cantatas, canciones individuales, solos y tríos, cuartetos, conciertos y sinfonías de pocas partes» La expresión «música de cámara» en su acepción actual tiene un sentido aún más restringido que en el siglo XVII, XVIII y principios del XIX. Excluye, con toda lógica, la música de orquesta, los coros y otras combinaciones mayores, pero también, y más arbitrariamente, toda música vocal y toda la instrumental destinada a un solo instrumento (por ejemplo las sonatas para piano) Incluye la música instrumental seria concebida para dos o más instrumentos y ejecutada ejecutada con un solo instrumento para cada parte. Un concierto de esta especie, es un «concierto de cámara» Principales combinaciones
De todas estas formas, el cuarteto de cuerda es sin duda, lo más importante, tanto por la cantidad, como por la calidad de su repertorio. Existen muchas otras combinaciones además de las mencionadas. Hay combinaciones importantes de instrumentos de viento y cuerda y existe una buena cantidad de música de cámara para instrumentos de viento solamente. y también para instrumentos de viento y piano (sonatas para clarinete y piano, para corno y piano y otras convinaciones similares) Existen también numerosas composiciones para «orquesta de cámara» entendiendo por tales ciertas combinaciones relativamente amplias, que admite un solo instrumento para cada parte. Esta designación no siempre es acertada. Muchas de las que a sí mismas se llaman « orquestas de cámara» suelen ser sólo orquestas del tipo común. El término es nuevo y todavía no se ha fijado su sentido preciso. Adviértase que, fuera de la orquesta de cámara, el contrabajo tiene una intervención relativamente escasa en la música de cámara. Esto se debe en parte a su falta de agilidad, que lo incapacita para actuar con las otras cuerdas en estricta igualdad de condiciones; en parte a su densidad de sonido y en parte también al hecho de que el violoncelo suministra a la música una base suficiente. Debe señalarse que la esencia de la verdadera música de cámara reside en la igualdad de importancia de los diversos instrumentos. En esto se asemeja al madrigal del siglo XVI, que para ser cantado con propiedad exige también un solo cantor para cada voz. Los métodos de la orquesta completa están aquí fuera de lugar. Existe en la mejor música de cámara una intimidad que deriva de la impresión de un coloquio entre los participantes. En términos poéticos ha sido definida alguna vez como la «música de los amigos». Concepto antiguo La concepción moderna de la música de cámara data sólo de Haydn y de mediados del siglo XVIII. Hubiera sido imposible que una concepción semejante se difundiese en el siglo y medio que duró el período anterior, al que podríamos designar como período Corelli con el nombre de su figura máxima. Durante esta etapa el clave (tocado casi siempre con bajo cifrado) se usaba como fondo musical invariable (tanto como para la música vocal, como para las sonatas, música orquestal, etc.); y dos violines y un violoncelo (combinación por lo demás bastante frecuente) que trazaran líneas sobre un fondo sonoro del clave (a menudo engrosado por e uso de registros de cuatro pies y de dieciséis pies -tres octavas en total- y, Clave,5) se opone al ideal «conversacional» mencionado antes. Esta combinación se ajusta más, sin duda, al carácter del concierto, en que uno o más instrumentos solistas, concebidos como una entidad, se oyen junto a todo el cuerpo de la orquesta (representada aquí por el bajo cifrado) concebida como otra entidad diferente. Podría pensarse que el cuarteto y el quinteto con piano deberían ser incluidos de igual modo en esta clasificación de «quasi concierto» pero no es inevitable que así sea, ya que para muchos, el sonido del piano se combina con el de los instrumentos de cuerda en una forma que el clave no logra y por añadidura el piano carece del recurso de doblar octavas graves y agudos para dar una densidad de efecto realmente orquestal. Por lo demás, la parte del piano está escrita en su integridad y el compositor está por lo tanto en condiciones de definir su función con toda exactitud. Por último (lo que es todavía más importante) el piano tiene su función propias; es un miembro del conjunto en igualdad de condiciones con los otros, y no un mero fondo para ellos. Con todo, sólo se ha escrito un número relativamente reducido de cuartetos y quintetos con piano, lo cual indica quizá que los compositores han experimentado dificultades en esta materia. Remontándonos aún más allá del período de Corelli, encontramos en el siglo XVI la música para violas, mucho más próxima al ideal contemporáneo de la música de cámara. Pero aun en aquellos casos en que no fue compuesta originariamente para voces y transcrita después para estos instrumentos por los ejecuntantes, conservaba demasiado el estilo vocal, ya que el lenguaje de la composición instrumental todavía no se había diferenciado del de la composición coral. Michael Este, en una publicación que data de 1638, distingue entre las composiciones que podían ser tanto cantadas como tocadas y las que, aun con carácter muy semejante, sólo se podían ejecutar (por el ámbito de sus partes) «Ayerie Fancies que pueden ser tanto cantados como tañidos y otros compuestos de tal modo que deben ser tañidos y no cantados». El concepto moderno La música de cámara, en el sentido que solemos dar a la expresión hoy en día, se inicia en rigor con Haydn, quien con Mozart, Beethoven y Schubert, forma el conjunto de sus grandes creadores cuya tarea llega hasta fines del primer cuarto del siglo XIX, época en la que mueren los dos últimos.. En su mayor parte la música de cámara participa de la naturaleza de la sonata, ya que por lo común, y en lo que a la forma se refiere, una pieza de música de cámara, no es otra cosa que una sonata o sinfonía para un conjunto reducido de instrumentos, entendiendo «sonata» y «sinfonía» en su sentido más moderno. Los románticos Schumann y Mendelshn (Chopin compuso muy poca música de cámara) transmitieron la antorcha a Brahms; y casi todos los compositores serios de los siglos XIX y XX, exceptuando a Wagner, la recibieron a su vez. Todas las tendencias emocionales e intelectuales, o «ismos», se han reflejado en la música de cámara: romanticismo, impresionismo, expresionismo, etc. y lo mismo ha sucedido con todos los experimentos técnicos: politonalidad, atonalidad y microtonalidad. Un sólo tipo de actividad la ha evitado casi en absoluto: el de la «música programática», para la cual su austeridad de recursos ha resultado por lo común inadecuada. Curiosamente pocas obras de cámara significativas han provenido de Rusia. La música de cámara no es entretenimiento de muchedumbres. No se ejecuta en salones muy grandes ni atrae actualmente audiencias numerosas. Hace las delicias del ejecutante aficionado y del oyente conocedor, que encuentran en su misma intimidad, debida a sus limitaciones de sonido y de volumen, un encanto distinto y quizás mayor que el de cualquier otra experiencia musical. . Es un lugar común decir que el cuarteto de cuerda es el medio perfecto de expresión musical. Esta es una opinión sancionada por los grandes maestros. La música de cámara raramente se ejecutaba en público hasta que en 1831 el famoso cuarteto de cuerda de los hermanos Müller abandonó su empleo en la corte del duque de Brunswick e inició su gira por toda Europa, con un bello repertorio clásico. Síntesis histórica Resumiendo el aspecto histórico del tema, podemos decir que existen tres períodos definidos en la composición de la música de cámara; los tres perfectamente identificables, puesto que se basan en principios distintos, hasta tal punto que apenas podría afirmarse que la música de cámara de un período, surja directamente de un período anterior. I. Siglo XVI. Período de influencia coral, y de música publicada como «apta para voces o violas» La música de cámara no está aquí todavía bien definida con su carácter y fundamento propio. II. Siglo XVII y primera mitad del XVIII. Aparece le principio del «clave como base» improvisado sobre un bajo cifrado como una parte de la partitura. III. Segunda mitad del siglo XVIII en adelante. Principio de la «igualdad de términos» (emparentado más con el carácter del primer período que con el del segundo). Desde 1750, establecido el principio de la auténtica música de cámara (adelanto logrado experimentalmente por Haydn), todos los campos se han limitado a reflejar los diversos estilos y modalidades de la música en las distintas épocas. Es interesante recordar que los instrumentos para música de cámara han permanecido unvariuables en este tercer período. La música doméstica de tecla pasó del clave y del clavicordio al piano primitivo y de éste al actual (tan distinto de él como puede serlo el piano primitivo del clave o del clavicordio) La orquesta ha sufrido transformaciones enormes, pero el cuarteto de cuerda del siglo XX en nada difiere del cuarteto de cuerda del siglo XVIII; y el compositor actual dispone exactamente del mismo medio de expresión con que contó Haydn. |
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