TOLSTOI. LA EDUCACIÓN POR EL ARTE. LA TRIDIMENSIÓN Y HERBERT READ
León Tolstoi,
respondió a una pregunta fundamental.
¿Qué es el Arte?
Pasó por diferentes
experiencias en su existencia, todas en modo intenso. Fue soldado,
hacendado, padre, maestro de escuela, pecador y santo; había poseído
grandes riquezas y luego, dado todo a los pobres. Su obra se cuenta
entre las contadas figuras inmensas de la literatura universal.
Dicen que la evolución
del sentimiento, avanza a impulsos del arte.
Herbert Read, propone
que “el arte y sólo el arte puede hacer que se deseche la violencia.
Y en su libro la
“Educación por el arte”, nos dice “…el niño es rápidamente
absorbido por un sistema que ignora la evolución de la sensibilidad
y no da lugar a la libre y gozosa actividad del arte. El sabe se
convierte en la finalidad exclusiva de la educación: la creación
interesa a una minúscula minoría que escapa de la pauta social de
nuestra civilización tecnológica. El niño va perdiendo, a medida que
crece, todo contacto con las cosas, toda capacidad para manipular
materiales o distinguir formas. Como no descubramos un método que
nos permita fundar la educación en esto procesos biológicos
primarios, no sólo fracasaremos en la creación de una sociedad unida
en el amor, sino que continuaremos hundiéndonos cada vez más en la
desunión, la neurosis masiva y la guerra”.
Tremendas palabras las
de Herbert Read.
Suelo decir que el
niño, antes de nacer, se gesta en un espacio en el cual va formando
su humana estructura. Allí, rodeado de líquido, siente cómo va
evolucionando en volumen, en forma corpórea y se va “sintiendo” de
esa manera. Al nacer, lo hace por otras formas diferentes al espacio
donde se gestó. Es tomado por las manos de la o del obstetra, que lo
sostiene y ayuda en su nacimiento. Las manos, volúmenes. El nacido,
pasa por una serie de situaciones en las cuales, el predominio es
volumétrico.
Casi de inmediato, una
vez hechos los estudios de rutina, es llevado con su madre, quien lo
toma en sus brazos y muchas de las veces, los niños son llevados al
busto materno y allí comienza con la práctica de la succión. Muchos
niños, apoyan sus manitos en ese bulto casi esférico y seguramente,
sienten, sin saberlo todavía, que se trata de un volumen.
A medida que crece,
todos los objetos que se le acercan, chupetes, mordillos, juguetes,
son volúmenes.
Comienza la etapa del
gateo. Aprende a esquivar sillas, mesas y cuanto cuerpo
tridimensional se le presenta. (¿Qué es la realidad? Todo aquello
que se nos opone) Un día, se toma de la pierna de la madre y se
para, se verticaliza. Y a partir de ese instante, comenzará a
utilizar todo lo corpóreo de la casa, para ayudarse en la
verticalidad.
Que digo con esto. Que
nacemos y nos desarrollamos en los primeros años de vida, en un
mundo tridimensional, un mundo de cuerpos.
Y luego, en la
escuela, se da lo que para mí, es una situación crítica. El niño,
debe concebir todo, en la bidimensión. Aquella mesa, aquella silla,
aquel espacio, debe razonarlo, para poder representarlo en un plano
(el papel) que nunca antes experimentó.
Creo que sería
interesante, que se continuase en las escuelas, con el mundo de los
objetos, el mundo de la tridimensión, cosa que le es familiar al
niño, antes y después del nacimiento. Crear con sus manos, objetos
corpóreos.
Quizás, de esto y
mucho más, se trata lo que propone Herbert Read con la Educación por
el arte. |