EL ARTE. ARTISTAS. Y EL
HACER
El artista, cuando se expresa es una manifestación completa del
espíritu y como tal, debe ser tomado en la unidad que es. Sólo se
puede entrar en esa unidad de manera intuitiva, incorporándose a
ella y viviéndola. No se puede comprender por medio de la
inteligencia, no se puede analizar a través de un patrón ordinario.
El artista en el momento de crear se corre del orden social, deja de
obedecer las normas establecidas y penetra en un universo de
dimensión diferente. Es como un alma nueva que ofrece una nueva
percepción del mundo.
Cuando el observador se detiene ante una obra, lo que está viendo es
lo que le dice el artista por intermedio de "eso" que está ahí, como
algo nuevo en el planeta, pues antes de ser hecha, la obra no
existía, no estaba en ningún lugar. Viene desde milenios.
La imagen creada por el artista contiene los gérmenes de obras
futuras, ya que una forma puede encarnar una idea, pero el artista
no puede impedir que se manifiesten en ella elementos inconscientes
que preanuncien esas nuevas obras; claro, como dicen algunos, el
incosnciente es más activo cuando más activa es la conciencia. El
inconsciente es creador y al respecto Jung nos dice: «La experiencia
me ha enseñado que cuando se tiene algún conocimiento de la
psicología onírica, fácilmente se sobrevalora lo inconsciente, lo
cual disminuye la energía consciente. Pero lo inconsciente sólo
funciona satisfactoriamente cuando la conciencia cumple su tarea
hasta el límite de sus posibilidades»
El artista "recibe" las imágenes que serán "creadas" desde el
inconsciente, pero es en la conciencia donde pone manos a la obra.
De alguna manera es dominado por una "súbita llamada", que no es
otra cosa que el mensaje que recibe desde el inconsciente para, de
inmediato, ponerse a trabajar. Es una unidad dinámica. |