EL HOMBRE, LOS SEIS SENTIDOS. EL ARTE.
Cinco
sentidos: Vista, oído, gusto, tacto y olfato.
Hasta
aquí, nadie podrá discutirlo.
Es
más, cada especie animal, acorde a su desarrollo,
también los tiene. Algunos, incluso, más desplegados
que otros.
Pero
se me hace que solamente en el hombre existe el
sexto sentido. Claro, no en todos los individuos se
desarrolla. Hay quienes lo abortan o decididamente
queda inactivo.
No es
fácil describir esto dicho. Lo intentaré.
Están
los que llaman a este sexto sentido, la poesía del
espíritu y los que proponen una predisposición para
las bellas artes. Pero también es posible que esas
apreciaciones permitan atribuirles semejante actitud
a personas que están desprovistas de ella.
Entonces, ¿qué es lo que hace que el sexto sentido
se manifieste a través de algunas personas y no de
todas? Colijo que es la aptitud. Y no todos
la tienen.
El
deseo, proviene del sentimiento, que despierta la
necesidad de exponer -poner afuera- algo que se
manifiesta en el interior de la persona, sea por lo
visto en el mundo real, sea por introvisiones, eso
que anida en el inconsciente.
Aparece entonces la aptitud para que pueda
ejercer ese deseo.
El
deseo se apodera de la persona, que busca y
encuentra la “herramienta” necesaria para poder
decir lo que quiere decir.
Porque
en la aptitud, está también la posibilidad de
decir. “Si se tiene un qué profundo para decir, se
busca un cómo decirlo” (Sábato)
Si uno
se ubica en Florencia ,
allá por el 1200 y algo, pensando en El Dante, puede
reconocer que en un feliz ordenamiento de palabras
en el experimentalismo de Poemas y en la búsqueda de
un estilo propio (aptitud), éste Inmenso,
llega a La Divina Comedia, una de las cumbres
de la literatura universal.
La
metáfora de la elevación de los poetas, trata del
encuentro de las profundidades, cuando mejor entrevé
lo que pareciera estar fuera de su alcance. En el
regreso, podrá mostrar el fuego purificador de la
poesía.
Qué
hicieron Van Gogh, Munch, Schiele…
Beethoven, Verdi, Bach…
Miguel
Ángel, Rodin, Maillol, Berni, Spilimbergo..
La
aptitud, destruye la copia, la imitación.
Quien
se sienta tentado de copiar al maestro, de hecho,
destruye su propia originalidad, debilita el
sentimiento y no llega más que a un mérito
secundario. Pero también nos diría esto, que el
maestro no sería tal, pues no hay posibilidad alguna
de que un discípulo lo copie, pues el maestro no lo
permitiría jamás.
Hay
pruebas de ello:
Bourdelle, en sus inicios, se parecía a Rodin. Pero,
cuando la aptitud se expresó en él, pasó a
ser Bourdelle.
Sucedió lo mismo con Beethoven y Brahms y podría
nombrar a miles..
Sábato
me contó una anécdota acerca del joven que le dice a
un maestro, que quiere escribir un libro verde. El
maestro lo observa, lo lee y le dice: -Mire, aquí
hay una mancha roja, haga lo que mejor considere.
Sábato
me dijo: -Ése, es un maestro.
Entonces, le pregunté cuál sería el no maestro.
Sonrió y comentó que ese no maestro, le diría:
-Mire, joven, libros verdes ya no se escriben.
La
pregunta que me hago, es ¿Dónde se encuentra ese
sexto sentido en el hombre? Porque no es un órgano
como los ojos, la nariz, la boca, los dedos o las
orejas.
Esa aptitud ¿de
dónde viene?
© Helios Buira