Puedo colegir entonces que la creación artística no es un
acontecimiento dado e inmutable. Es más bien un proceso, un
camino, una diaria mutación.
Y sucede lo mismo con el espectador.
Aquel grito de Munch es ahora nuestro grito, en nuestro
tiempo, en nuestra circunstancia.
Es un absoluto: "El Grito". De Edward Munch.
La inmensidad del artista atraviesa los tiempos.
Por ello es que podemos conmocionarnos frente a esa obra
sideral, agobiarnos, sufrir ante ese eco constante y
permanente que concentra el dolor de la humanidad toda.
Porque no es el grito de un hombre, sino el de todos los
hombres.
Ahora bien: Cuando el cavernícola plasmó el bisonte, ¿qué
fue lo que sucedió?
Me hago esta pregunta casi a diario, tratando de recibir la
energía de una respuesta que me conecte con aquél hombre,
que me diga cuál fue su maravilloso sentimiento ante la
inmensidad del asombro.
Quizá encuentre algo recorriendo las distintas historias de
algunos artistas que me preceden, que vivieron en los
últimos dos siglos, los artistas que de algún modo se
"metieron" en otras formas de cuevas, se metieron dentro de
sí, aislándose, para expresar sus sentimientos y
paradójicamente conectarse con el mundo.
Vlaminck en algún momento nos dice: "Ser artista no es una
profesión; Tampoco lo es ser anarquista, enamorado, soñador.
Ser artista es un caso de la naturaleza".
O escuchemos a Klee cuando dice que el artista debe
transformarse en una especie de "médium" en comunicación con
las entrañas de la naturaleza.
"Así como no podemos rechazar los "fenómenos" más extraños
de la naturaleza, tampoco podemos rechazar los "fenómenos"
producidos por el artista: sería como sí rechazáramos la
propia naturaleza. ¿Qué artista no quisiera habitar allá
donde el órgano central del tiempo y del espacio -no importa
que se llame cerebro o corazón- determina todas las
funciones. En las entrañas de la naturaleza, en el fondo
primitivo de la creación, donde está guardada la clave
secreta de todo?."
Que curioso. Siempre hay que estar aclarando estas vueltas
al alma, a la naturaleza, como si nadie comprendiera que con
la expresión artística ya se dice todo lo que hay para
decir, pues el arte es directamente un "hecho" de la
naturaleza. El Arte es la Causa Primera.
Me remito a los veinte o veintitrés mil años atrás y
observen bien que digo veinte o veintitrés mil, como si
nada, en apenas dos renglones. Doy tres mil años de
diferencia y es todo lo que va desde el inicio del
cristianismo hasta fines del tercer milenio para el cual
faltan aun mil años más.
Pregunto: ¿Cuáles serán las obras y los autores que lleguen
hasta los tiempos por venir?.
Miremos en rededor y hagamos un esbozo nada más de juicio
valorativo y nos daremos cuenta que muchos de los que hoy se
llaman artistas no llegarán ni siquiera hasta el fin del
siglo que acaba de comenzar. Y cuántos, ni siquiera a la
mitad del mismo.
No un vendaval, sino apenas un soplidito del tiempo y
muchos, pero muchísimos, serán desparramados en el universo
de la nada.
Quiero aclarar que me refiero a todos aquellos exitistas y
exibicionistas que pagando notas, ganado premios por
amiguismo con los jurados, y muchas otras hipocresías,
llevan como bandera el mote de artistas.
© Helios Buira