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Camille Pissarro

Cartas a su hijo Lucien

Osny, 13 de junio de 1883

Mi querido Lucien

Le hablé a Degas del proyecto que tenías de seguir los cursos de dibujo de Legrós. Degas me ha dicho que había un método para evitar la influencia de ese artista; el método es muy simple, aquí va: reproducir en casa, de memoria, el trabajo que se hizo en el curso. Supongamos que empiezas el modelo de la academia; de regreso a casa, preparas tu bosquejo y tratas de rehacer de memoria, lo que has hecho del natural. Al día siguiente, en el curso, terminas una parte cualquiera de tu academia, de memoria, continúas la que has hecho en tu casa. Poco a poco terminas simultáneamente tu estudio, y enseguida haces la comparación. Tendrás dificultades, pero llegará un momento en que te asombrarás de la facilidad con que retendrás las formas y, cosa curiosa, las observaciones que harás de memoria tendrán una fuerza mucho mayor, mucho más original que las hechas directamente del natural. El resultado de ese dibujo será artístico, será un dibujo tuyo; es una buena manera de evitar la imitación servil.

Me hablas de la exposición de la Academia con cierta severidad. Es muy probable que estés en lo cierto, pero no hay que juzgar el arte inglés como se juzga aquí el arte francés por Bastién Lepage y gervex. En Inglaterra está Keene*, no lo olvides. Él no expone, no está en el movimiento mundano, ahí está la cosa. Inglaterra, como Francia, está corrompida hasta la médula, no posee más que un arte: el arte de echar tierra a los ojos.

* Charles S. Keene, acuarelista, dibujante, caricaturista y grabador, ocupó en la escuela inglesa una posición comparable a la de Daumier en francia. Desde 1860, sus caricaturas ocupaban un lugar preponderante en el Punch.