Y bueno, che, qué se
le va a hacer, cada uno tiene una cruz
que cargar y nosotros tenemos la
nuestra. No seas gil, dejá de llorar
como un marica. Escuchame bien, te voy a
decir algo, es muy importante y te tiene
que quedar todo adentro de esa cabecita,
no puede haber errores, si fallamos se
puede ir todo al infierno. Qué es lo
que decís. No entiendo nada. Calmate y
hablá claro porque si no se pudre el
asunto.
No, no. Vos quedate tranquilo. No te voy
a dejar sólo en la estacada. Vos de ésta
zafás, y yo también. Pero por favor, cómo
se te ocurre, no vengas a hablarme justo
a mí de milagros. Oíme bien, no vas a
ser el primero y te aseguro que tampoco
serás el último. Hay muchos que hoy
andan sueltos, caminando por ahí,
mirando pasar la vida, vivitos y
coleando, que me deben favores y de los
grandes, pero muchos eh, montones de
gauchadas que anduve repartiendo a manos
llenas.
Que por qué estoy acá mientras ellos
están libres. Ahí sí que me jodiste.
Qué se yo, es un misterio. Será el
destino de cada uno, la mala suerte tal
vez, o alguna otra cosa que ando
sospechando. Ya te voy a contar apenas
te tranquilices un poco y puedas
entender. Teneme confianza, no te voy a
defraudar. Ando en esto desde hace años
y jamás, fijate lo que te digo, jamás
le fallé a ninguno de los que confiaron
en mí. Por eso me siguen todos. Bah,
todos no, pero me sigue bastante gente.
Con el tiempo serán muchos más, ya lo
vas a ver.
Así que no me conocés. Eso sí que es
raro. Hace tiempo que ando por acá,
alborotando un poco a propios y extraños.
Esta zona es para mí, entendelo, la
quiero manejar yo, con mi gente. Pero no
me conformo y quiero más, mucho más,
la tierra y el cielo. Ah, te fijaste en
la barba, qué se yo, siempre la usé. Y
siempre fui flaco, mirá las costillas cómo
se notan. Sí, un poco lastimado estoy,
me dieron una linda biaba y sí, también
me pusieron no sé qué cosa en la
cabeza. Pero yo a vos tampoco te
conozco, dónde estabas metido. Igual se
te ve en la cara que sos del ambiente,
de los nuestros. Por algo estás acá,
como yo. Pero nos van a largar, perdé
cuidado, una palabra del Jefe bastará
para sacarnos. El problema es que yo
estoy muy junado y por eso te necesito.
Vas a ayudar con el plan y una parte de
la torta va a ser para vos. Conmigo te
vas salvar, vas a pasar al frente, vos y
unos cuantos más. Te lo puedo garantir.
Y cómo querés que te lo firme, pedazo
de animal. No ves cómo estoy. Además,
nunca tuve necesidad de firmar nada, los
papeles no se hicieron para mí. Yo soy
de los de antes, de los que creen que la
palabra de un hombre basta y sobra. Y yo
soy más que hombre. Tengo algunos en la
banda que andan en eso, cada uno a su
manera, ellos llevan todo anotadito. Yo
los dejo hacer, no me importa, pero a mí
que no me vengan con esos pasatiempos inútiles.
La palabra vale, entendelo, la de
cualquier hijo de mujer, y con más razón
la mía. Y ahora escuchame, cuando
salgas de acá te encargás de buscar a
mi gente, yo te doy los datos.
Cuando los encuentres tenés que
decirles, metételo bien en la cabeza,
por favor, que el asunto ya está en
marcha y no lo van a parar aunque nos
arrojen los leones encima; el de arriba
lo sabe y está de acuerdo, que no me
vayan a aflojar ahora que los necesito más
que nunca. Aunque yo parezca pasar a
cuarteles de invierno, los voy a
supervisar. El plan no puede fallar.
No pongas esa cara. Si te digo que el de
arriba nos apoya no es para verte esa
jeta de estúpido desconfiado. Los
nombres te los doy después, así no te
me olvidás.
Vamos a formar la organización más
perfecta que jamás haya existido. De
rodillas van a venir a pedirnos favores.
Hasta aquellos que hoy por hoy son la
contra van a venir a pedirnos ayuda. Nos
van a pedir guita, laburo, de todo nos
van a pedir. Pero no se la van a llevar
de arriba, van a tener que transpirar
bastante para conseguirlo, nada de
lavarse las manos como el otro
atorrante. Pero la ganancia está
asegurada. No, má qué banco ni banco.
Yo te hablo de algo verdaderamente
grande, gil.
Bueno, vamos a los bifes aunque en estos
días esté prohibido. Cuando te
encuentres con los muchachos les decís,
oí bien las instrucciones: el plan está
encaminado y va a funcionar, tenemos
todo el apoyo de arriba. Eso es así y
no hay vueltas. Pero hay un problema y
por eso te necesito. Ando maliciando
algo, en la banda hay un traidor y esa
es la razón de que yo me encuentre
ahora acá, estoy casi seguro.
Esa noche, cuando nos reunimos por última
vez, mientras chupábamos de lo lindo
(qué bueno estaba el vino) y le dábamos
sin asco al morfi, observé en la mirada
de uno de ellos un brillo extraño y eso
lo delató, el buchón se mandó solito
en cana. Después otro, el más pendejo,
empezó a joder con las miguitas y el
pan voló por todos lados, de mano en
mano, y todo terminó en un despelote.
Justo me engancharon y no tuve
oportunidad de avisarle a los muchachos.
Con razón dicen que ser trece en una
mesa trae mala suerte, hay que creer o
reventar.
Tenés que acordarte de todo. Sí, ya sé,
faltan los nombres, pará un poco, lo
importante es que les lleves el mensaje
para que averigüen si es como yo lo
sospecho porque ese alcahuete puede
tener seguidores que se van a querer
infiltrar para embromarnos. Pero conmigo
no van a poder, te lo garanto.
Cómo que no entendiste casi nada. Qué
está confuso. No me hagás calentar,
cabezón. Ya estoy casi afónico de
hablar fuerte, si pudiéramos estar más
cerca sería más fácil. Pero no te voy
a repetir todo de nuevo. Hagámosla fácil.
Vos no te hagás problemas. Deciles lo
principal, ellos comprenderán, los
tengo bien entrenados, cualquier palabra
que digo la interpretan a su manera,
aunque a decir verdad me parece que a
veces exageran. Hay que saber
entenderlos, son tres años de andar
juntos por estos caminos y confían en
lo que les digo.
Uy, mirá, ahí viene la mina. Uy, para
colmo viene con mi vieja tomada del
brazo. Qué mal momento eligieron, pero
es lindo verlas así, las dos juntas a
pesar de ser tan distintas. Salió buena
la piba; un día la encontré en la
calle, estaba perdida y yo la rescaté.
Sí, vale oro y tuvimos nuestros buenos
momentos, pero yo ando en otra cosa. Y
la vieja es la vieja, no hay nada que
hacerle, siempre está, una santa la
vieja. No me gusta verlas llorar, si
pudiera bajar y darles un abrazo...
A ver, a ver, callate un poco, me parece
oír un llamado. No, qué teléfono ni
ocho cuartos, un llamado de larga
distancia, del de arriba, lo junás.
Nada menos que el viejo, por línea
directa. Esperá un poco, dejame
atender.
Hola, ¿qué decís? ¿No podés hablar
un poco más fuerte? No, sordo no, pasa
que estoy incómodo. Ahora sí, te
escucho mejor. Bueno, si a vos te parece
lo hacemos así. Pero, ¿estás
realmente seguro? Bueno, bueno,
perdoname, me arrepiento, no quise decir
eso. Está bien. Sí. Te dije que está
bien, lo que vos digas. Bueno, chau, nos
vemos. Está bien, ya entendí, voy para
allá. Hasta pronto. Un abrazo.
Sonaste, hermano. Y yo también.
Olvidate de todo lo que te dije, no tenés
que buscar a nadie, ninguna misión a
cumplir. Y qué querés que le haga. El
viejo me cambió los planes. Él manda,
tiene la manija de todo el asunto. Así
es desde el principio y siempre será de
la misma manera, eso no puede cambiar.
Yo soy el segundo, la mano derecha como
quien dice. Más atrás vienen los de la
banda y después todos ustedes. Bueno,
che, el Jefe es el Jefe y es su
voluntad. Existe uno solo que puede oponérsele,
pero no soy yo justamente. Hay que bancársela.
Por algo el viejo está donde está e
hizo todo lo que hizo.
No te cabriés, no te pongas así,
subiremos juntos a verlo y le voy a
pedir por vos, para que te acomode y te
ubique bien; no importa lo que hayas
hecho, vos decile que te arrepentís y
listo. Se le dio por ordenarme que fuera
hoy sin falta para allá, y no quiere
esperar mucho, será que me extraña,
tendrá instrucciones para darme, qué
se yo. No sé, siento como si me hubiera
abandonado. Me va a dar tres días de
descanso, y después de nuevo a la
lucha. Dice que me manda de vuelta acá
abajo, para que dé las últimas órdenes,
sigo un tiempo más y después los largo
solos por el mundo a los muchachos, como
corderos en medio de lobos.
El Jefe asegura que nuestro reino no
tendrá fin, aunque muchos morirán por
nuestra causa. Y que cuando el tiempo
termine, en el último día, los muertos
resucitarán para vivir eternamente.
¿Será así?
Qué sé yo. |