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ENTREVISTAS
Por Helios Buira
 

ROMINA MONT
Artista Plástica

HELIOS BUIRA: Romina. Conozco tu pintura, tu pintura que me agrada y llega una pregunta: Contanos sobre tus inicios, cómo es que llegás al mundo del arte.

ROMINA MONT: Hola, Maestro! Gracias por su devolución y por brindarme este espacio. Comencé a pintar de muy chica en cuanto soporte hallaba a mí alrededor. Un día encontré un juego de sillas recién tapizadas y le dí mi toque personal: una especie de big bang que levantó contundentes críticas por parte de mis padres. Viéndolo en perspectiva, yo iba evolucionando en una artista de carácter (aunque caprichoso, según ellos). En definitiva, ese fue sólo el principio de mis creaciones.

HB: ¿En tu formación hay algún maestro o maestra que te haya orientado?

RM: Luego de un largo período de abstinencia del arte que fue desde mi adolescencia hasta mi vida adulta, retomé los pinceles con el mismo entusiasmo original que fue el motor para recobrar mi libertad artística. Al principio lo hice en forma autodidacta, en un momento de crisis personal como una necesidad imperiosa de expresarme de otra manera que no sea con palabras. Luego, empecé por tomar clases con la artista Flora Bowley a distancia, ella vive en Portland. Me ayudó a aflojarme en una suerte de arte intuitivo. Aquí en Buenos Aires, me formé con Damián Rucci, un amigo de años que siempre admiré por la pasión que le ponía a la pintura. El me dió mis primeras herramientas. Después de un largo proceso de experimentación, recién pude expresarme libremente, tras varias idas y vueltas con el bastidor. Para eso, tuve que despojarme de prejuicios y estereotipos, tirar el lastre, aprender a escucharme y, sobre todas las cosas, SENTIR. Con la guía de mis actuales maestros Helena Distéfano y Heriberto Zorrilla, logré alcanzar ese mundo profundo que me define… o que defino en cada obra.

HB: Y de los grandes maestros del arte, con quien te identificás como para que te sirva de guía. Digo con quien o con quienes…

RM: Me identifico con el sentir de Leonora Carrington. Ella decía: "El mundo que pinto, no sé si lo invento. Yo creo que, por el contrario, es ese mundo el que me inventó a mí." Verdaderamente, yo creo que el arte me transformó en una persona mucho más libre. Es como una retroalimentación que tengo con la pintura: a medida que mi obra va mutando, también lo voy haciendo yo. Es una especie de metamorfosis. Pero no de las que te convierten en cucaracha kafkiana, afortunadamente. Lo mismo me sucede en otras áreas, todas tendientes a la expresión como la escritura y el humor.

HB: ¿Cómo te describís en lo personal y en lo artístico siendo una hacedora del arte?

RM: Expresiva. Tengo la fortuna de disfrutar de la pintura, la escritura, la fotografía…. Es como manejar distintos idiomas. Mi primera carrera fue el periodismo y trabajé en esa profesión hasta que sentí que no me llenaba. Yo creo que volví a mis orígenes: a mi esencia de cuando era una niña: pintando, escribiendo y a veces actuando (de una manera muy amateur). Todo está ligado a la expresión.

HB: ¿Tenés horarios para trabajar o hay alguna hora del día en particular?

RM: Soy bastante noctámbula. Necesito encontrar la inspiración en el silencio del hogar. En casa somos una familia numerosa y durante el día es más complicado. Pero, muchas veces, también pinto junto a mi hijo más chiquito (hoy tiene siete años) con el que compartimos largas horas de arte juntos.
Fuera de casa, tengo mis viernes reservados para pintar en el taller de Esencialismo con mi maestra, Helena Distéfano. Durante esta cuarentena, aprovecho los beneficios que nos brinda la tecnología para continuar formándome con ella en un taller online de Historia del arte.
Además, participo de la comunidad artística que se formó en el Laboratorio de arte de Devoto con Vivi Berthet y Claudia Kuc. En este espacio colaborativo compartimos experiencias, saberes e ideas, a la vez que experimentamos con distintos materiales.

HB: Pareciera ser que el arte de hoy se define en salones, en los medios a través de curadores y expertos en arte. ¿Qué podés decir sobre esto, si es que estás de acuerdo con mi decir?

RM: No sé si es tan así hoy en día con la globalización que se da a través de las redes. Creo que el mundo del arte se fue abriendo bastante y es más accesible al público en general. De todos modos, existe una “elite” y un cierto “prestigio” -relativo, a mi entender- que se define en salones y a través de críticos como fue siempre. Insisto en que las redes, afortunadamente, democratizan el acceso al arte.

HB: ¿Cómo comenzás una pintura, qué te lleva a trabajar sobre el soporte?

RM: Comienzo a trabajar sin una idea preconcebida, a partir de un caos cromático, que es la parte más lúdica del proceso en el que me divierto mucho. A veces juego con texturas, distintos tipos de materiales. Me encanta incorporar collage también. El disparador es siempre la urgencia de la creación, la necesidad de ponerme a trabajar.

HB: ¿De qué manera vas llegando a la composición de la obra?

RM: Como dice mi maestro, Heriberto Zorrilla, “la obra es un hecho vital”. Es un constante diálogo con el bastidor (o el soporte que sea). Una vez que aprendés a ver, entendés cómo es el juego. Qué tomás de lo que te da la pintura y qué simplificás. Con qué querés seguir adelante y qué es lo que no va más. Como la vida misma, pero acá las decisiones se toman capa tras capa.

HB: ¿Tenés una idea previa me refiero a si hay bocetos para lo que luego será la pintura?

RM: No. Prefiero la frescura que me da la espontaneidad del proceso intuitivo.

HB: ¿Sos de ir a muestras, a galerías?

RM: Disfruto mucho de visitar y también de participar de muestras. Buenos Aires tiene una gran propuesta cultural para aprovechar.
Para nosotros, los artistas, las galerías son nuestra vidriera, pero no la única, claramente. Estoy en una etapa de mucha participación, tratando de exponer mi obra a un público lo más amplio posible.

HB: ¿Enviás obras a salones, a concursos?

RM: Sí, pero no con mucha frecuencia. Me toma un gasto de energía muy grande. ¡Es tan subjetivo todo! Me siento como entrando a un boliche y que el de la puerta te frene para decirte: “vos sí”, “vos no”. Es mucha tensión. Con el tiempo, le vas encontrando la vuelta y vas endureciendo el cuero. Es parte del oficio.

HB: ¿Cómo ves el tema del arte hoy?

RM: Creo que estamos en un momento en el que todo vale. Cuelgan una banana de la pared y se vende en miles de dólares. La provocación es un arte también. Claramente, el que la compró no pensaba en la fruta, pero a veces me pregunto de manera contra intuitiva: ¿hay límites? o ¿debería haberlos?. De todos modos, pese a lo desacartonado que esté el arte en la actualidad, todavía hay mucho prejuicio entre los artistas o críticos: por si sos académico o te formaste en talleres; con quién te formás… En ese punto, todavía queda un largo camino por recorrer.

HB: Mencioná a tres artistas argentinos que te emocionen y tres extranjeros.

RM: Aparte de mis maestros y de los que ya mencioné: Antonio Berni, sin duda: su obra me conmueve a través de sus personajes. Es un gran referente para mí.
Lola Mora, por exaltar la belleza natural de la mujer fuera del ámbito prostibulario o pornográfico. Eso sí era provocación. Sin duda, una avanzada a su época.
Carlos Regazzoni: por sus maravillosas construcciones desde el caos.
Jean Michel Basquiat, por su frescura y su costado lúdico y libre.
Sergio Sergi, por su ingenio infinito.
Remedios Varo, por la profundidad de sus obras.

HB: ¿Considerás que llegamos al arte para que transitemos nuestra existencia de esa manera, en ese mundo?

RM: Hoy yo no concibo la vida sin arte. Cuando era chica, me hizo tener una infancia feliz. Yo me metía en mi universo y lograba abstraerme del ruido del afuera. Siempre sentí esa necesidad imperiosa de estar creando todo el tiempo. Eso es algo que está en mi esencia. Lo agradezco y trato de seguir desarrollándolo. Ni siquiera siento como un pesar la cuarentena que estamos viviendo. Creo que poder responder al llamado del arte es un don muy fuerte. Imposible desentenderse.

HB: Bien Romina, muchas gracias por responder a esta entrevista, si querés agregar algo que quieras decir, hacelo

RM: Gracias a usted, Maestro! Es importante que se abran canales para que los artistas emergentes lleguemos, más allá de nuestra obra, a un público que, seguramente, también está sediento de novedades.

Romina Mont

Muy pronto, nuevos entrevistados


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© Helios Buira

San Cristóbal - Ciudad Autónoma de Buenos Aires 2017

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