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Camille Pissarro

Cartas a su hijo Lucien

París, julio de 1883

Mi querido Lucien

Probablemente el martes o miércoles recibirás un cheque de Durand-Ruel. Por fin, está un poco menos ajustado. Parece muy satisfecho del giro que va tomando una exposición de nuestras obras que se hace en estos días en Rotterdam. Sostiene que lo más difícil ya está hecho. Desgraciadamente, el futuro político no es color de rosa, como por lo demás lo adviertes por tí mismo. En el extranjero se está lo bastante alejado para discernir el conjunto de los sucesos con más precisión. Evidentemente, no son los socialistas quienes produjeron el movimiento, son las intrigas de los d'Orleans, de los bonaprtistas, y por consiguiente de los capitalistas. Es probable que este invierno haya un choque, se ensayará un golpe de estado; tras la muerte de Chambord, el ejército quedará dividido en dos campos. ¿Qué resultará de todo esto? No lo sabemos. Yo creo que ese movimiento será favorable a los republicanos. En todo caso, esperemos que así sea. Mientras tanto, vamos a sufrir con esta situación, los artistas serán muy desdichados. Quizás haya que buscar un camino en la industria, a la espera de mejores tiempos.

Mientras puedas, dibuja mucho, no pierdas tiempo, esto te servirá más de lo que piensas. Si pudieras copiar, simplemente, los bajorrelieves de las estatuas egipcias, con escrupuloso cuidado, eso te ayudaría mucho. Elige preferentemente cosas simples, esfinges, bueyes, etc., figuras sentadas, de pie, etc. Allí en Kensington debe haber hermosas cosas de ese estilo, nada de fotografías, los originales mismos. Eso te dará la más perfecta idea de la simplificación. Los primitivos tampoco te harán mal: Holbein, y no descuidar el natural.

No necesitas más que tu propia voluntad. Aquí se proclama que Francia no ocupa ya el lugar que ocupaba en el arte industrial, se hacen esfuerzos para restablecer la superioridad desaparecida, pero se toman medidas contrarias para lograr ese fin, se nombran profesores de dibujo que no tienen talento, que son rutinarios y temerosos.